Fotógrafo por gusto y pasión, nace en la Ciudad de México, el 1º de marzo de 1980, donde vive y ejerce su profesión como arquitecto. Eduardo Dayan resalta los detalles del mundo a través del lente de su cámara. Cree en la fotografía como una forma de lenguaje; le da importancia a los detalles, enfocándose en mostrar la inmensa gama de colores que existe en lo natural y lo artificial, en lo efímero y en lo real. Su talento recae en la capacidad de encontrar la belleza en cualquier fracción de la naturaleza, en alguna textura o en objetos que normalmente no despertarían interés en la mayoría de las personas. Es evidente la visión arquitectónica en sus composiciones, mostrándonos la estructura, el orden y los patrones que existen en la naturaleza.

 

El arte de la fotografía nunca puede ser verdaderamente objetivo. Contrario a la idea de que la fotografía produce honestos duplicados de la realidad, la cámara puede ver una realidad alterna. En la fotografía la luz es la protagonista, es la que dibuja sobre un lienzo en blanco, creando formas, figuras y colores que claramente pueden estar ajenos a la realidad. El tiempo es relativo, el fotógrafo juega con intervalos que varían según lo que su creatividad quiera proyectar. Una imagen no necesariamente congela un instante, puede envolver una serie de momentos y movimientos que reflejan más que lo que vemos a simple vista. En resumidas cuentas, la “realidad” nos da el canvas, pero es el fotógrafo quien la manipula, teniendo éste la última palabra.

 

La fotografía como arte se desarrolla a partir del momento en que se deja de considerar como mera reproducción de la realidad y se decide trabajar con la creatividad. En ese momento comienza la necesidad de expresar, por medio de la luz, un punto de vista.

 

 

“LO RETRATADO Y EL RETRATO SON DOS OBJETOS COMPLETAMENTE DISTINTOS.”

José Ortega y Gasset

 

 

“LA FOTOGRAFÍA, COMO SABEMOS, NO ES ALGO VERDADERO. ES UNA ILUSIÓN DE LA REALIDAD CON LA CUAL CREAMOS NUESTRO PROPIO MUNDO PRIVADO.”

Arnold Newman

 

 

Descubrir lugares nuevos es algo especial. Viajar es un verdadero placer. El mundo está lleno de lugares mágicos y maravillosos esperando a ser descubiertos. Cada lugar tiene su esencia, su riqueza y su propia imagen. La fotografía nos acerca al mundo y nos relata una historia de cada sitio y de cada momento. A lo largo de todos mis viajes, he encontrado esta esencia en lo minúsculo, en los rincones, en los detalles, que a simple vista pasan desapercibidos, pero que realmente reflejan el carácter del lugar. Cada viaje implica un relato. En cada trayecto voy dejando mi percepción, plasmando mi sorpresa, escribiendo un desenlace. Cada imagen lleva impresa un espíritu aventurero, viajero e incluso callejero que me hace ver cada lugar de una manera diferente. Llega un momento en que dejo de ver lo general y únicamente me fijo en las partes, dejo de ver con los ojos y empiezo a ver a través del lente, comienzo a componer imágenes en mi cabeza y disparo. Lo más impresionante de todo es que estas imágenes quedan grabadas en mi mente, recordando perfectamente el lugar exacto de cada toma. Al visitar un mismo lugar puedes vivirlo y abordarlo de maneras muy diferentes, pero lo importante es siempre intentar absorber y captar la energía singular que cada espacio refleja.

 

En mi propuesta, intento tomar fragmentos abstractos de la realidad y convertirlos en partes de un todo, que con una nueva composición cambian la esencia de lo real. En las diferentes obras busco, a través de una serie de imágenes, crear movimiento, con base en diferentes texturas, haciendo que la fotografía se extienda más allá de sus límites. Mi trabajo pretende mostrar una colección diversa, colorida y definitivamente llena de vida. Lo interesante de la obra es que el proceso no es únicamente la captura de la fotografía, ese es sólo el comienzo… lo que da vida a la serie es la conceptualización y edición de varias fotografías para convertirla en una. El color, la textura, la técnica y el formato logran que cada una de las piezas llegue a transmitir algo diferente a cada espectador.

 

EDUARDO DAYAN
Julio 2011